lunes, 30 de junio de 2008

Mando, Autoridad y poder...

Mando

Es la "Actitud que asume una persona que directamente gobierna a otras personas".
Definido así este concepto es sumamente amplio porque abarca tanto al director de una empresa como al capataz de una planta industrial; al jefe de una oficina que dirige a un grupo de empleados subalternos y al director de una escuela que gobierna a un grupo de maestros.

Concepto de Mando: es lograr que las cosas se hagan a través de otras personas, dando órdenes e instrucciones.

El mando no crea equipo su presencia es imprescindible ya que la respuesta de sus subordinados es la evasión y dispersión; tiende a provocar la insubordinación, solo superada por temor.

En consecuencia podemos decir que en la empresa mandar es:
Esto es estrictamente preciso para conseguir con ellos el uso más eficiente y económico de los materiales maquinarías espacio y tiempo.

Poder y relación con los términos autoridad, poder…

En términos generales el poder ha sido considerado como un concepto más amplio que el de autoridad, entendido como un caso especial de poder.

Al tratar el poder varios autores han retomado la definición de Max Weber, como la probabilidad de tomar decisiones que afecten la vida de otro(s) pese a la resistencia de éstos. En la medida en que el poder se ejerce por medio de la fuerza y la coerción, Weber distingue entre el mero ejercicio del poder y la relación de dominación:

El concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las cualidades imaginables de un hombre y toda suerte de constelaciones posibles pueden colocar a alguien en posición de imponer su voluntad en una situación dada. El concepto de dominación tiene por eso, que ser más preciso y sólo puede significar la probabilidad de que un mandato sea obedecido (Weber: 1974).

En su análisis sobre el poder, D. M. Wrong estudia y clasifica las diferentes modalidades de ejercicio según la diversidad de sus fundamentos. Para hacer que su poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los temores, a sanciones físicas, al ejercicio de la persuasión, a la manipulación o al compromiso que los no-poderosos tienen con el "sentimiento del deber". Dependiendo de sus bases, Wrong distingue las relaciones que son asimétricas de las que exigen reciprocidad. Dentro de las primeras están la fuerza y la manipulación; dentro de las segundas la persuasión y la autoridad (Wrong: 1980).

Mientras que el poder que se ejerce por la fuerza tiene su sustento en la violencia, la manipulación es un poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso. Este "lavado de cerebro" (Wrong, 1980) induce tanto a la compra irreflexiva de determinados productos como a votar por ciertos candidatos. Por su parte, debe entenderse por persuasión aquella forma de poder que intenta convencer mediante argumentos que se aceptan sólo después de ser evaluados independientemente e integrados como base del comportamiento propio.

A diferencia de la fuerza, la manipulación y la persuasión, la autoridad se vincula a la existencia de cierta legitimidad y de una estructura jerárquica que conlleva a ordenamientos institucionalizados.

Lo anterior no implica que la autoridad renuncie al ejercicio de la fuerza y la violencia sino que, como Weber ha señalado, ésta se ejerce con un sustento legítimo y en esta medida se minimiza la necesidad de mantener los medios de coerción en alerta constante: "Sólo cuando un sistema de autoridad se desmorona, o un individuo dado pierde su autoridad, debe recurrirse al poder para asegurar su conformidad..." (Peters, 1967). Al respecto algunos autores como Easton y Arendt, han señalado la necesidad de diferenciar entre el ejercicio efectivo de la fuerza y la mera amenaza de su utilización. Conviene no perder de vista la distinción significativa entre la exclusión efectiva de una persona del sistema político (ya sea mediante la eliminación física o el encarcelamiento) de la mera "advertencia" de su posible supresión (Easton, 1958; Wrong, 1980). A diferencia del mero poder, la autoridad previene la aplicación de la fuerza como tal: "cuando se usa la fuerza es que la autoridad ha fallado" (Arendt, 1976). En tanto el poder ordena y está respaldado, si es necesario por la imposición, la autoridad "apela", y deja de ser tal si se impone (Sartori, 1989).

Weber contrapone la acción ocasional de la comunidad al carácter permanente de la asociación institucional, y define los diferentes fundamentos de la legitimidad como justificación interna de la obediencia que está interiorizada, tanto en los gobernados como en los gobernantes (Weber, 1974, Bobbio, 1984).

En la medida en que es legítima, toda autoridad se sustenta en las leyes. Así la autoridad se distingue del poder coercitivo y del liderazgo basado en la capacidad de influir y en la persuasión por la legitimidad. La relación de autoridad es una relación de órdenes y obediencia en la cual la autoridad tiene el derecho de mandar y los otros la obligación de obedecer. Esta definición de la legitimidad como sustento de la dominación está basada en los planteamientos weberianos y es compartida por varios autores (Biersted,1964; Gerth y Mills, 1972; Wrong, 1980).

A diferencia de la persuasión, la autoridad no intenta presentar argumentos sino asegurar el cumplimiento de las órdenes. En oposición a las relaciones igualitarias de persuasión, los lazos de autoridad son siempre jerárquicos. La relación autoritaria no descansa ni en argumentos razonados y compartidos ni en el mero poder coercitivo sino en una estructura cuya razón y legitimidad es reconocida tanto por los que mandan como por los que obedecen y donde cada uno tiene un lugar jerárquicamente definido (Arendt, 1976, p. 93; Bierstedt, 1964; Wrong, p. 32-49).

En la medida en que los deberes y obligaciones están claramente estatuidos, el comportamiento es previsible y la relación es continua, de allí que, en la relación de autoridad la importancia del contenido de la comunicación pueda ser secundario frente al significado prioritario del estatus que ocupa quien da la orden. En este sentido la autoridad es un poder institucional (Bierstedt) y legítimo (Weber) que se ejerce manteniendo cierta "distancia" entre los que mandan y los que obedecen. De allí que la posesión y ejercicio de la autoridad tiende a estar íntimamente asociada con un conjunto de rituales -pompa y ceremonia- y de elementos símbólicos -cetro, corona, etc. (Laswell y Kaplan, 1963).

Así, el concepto de autoridad conlleva una serie de identificaciones, demandas y expectativas que se vinculan a la fórmula política. Afirmar que una persona tiene autoridad significa que es poseedora de] poder que le asigna la "fórmula política" y que aquellos que se adhieren a ésta, consideran que se ejerce en forma justa y apropiada (MacKiver, 1947; LasweIl y Kaplan, 1963).

Sin embargo en algunos regímenes la noción de autoridad, en la práctica, se encuentra divorciada del verdadero centro del poder. La autoridad formal y la real deben consecuentemente diferenciarse. En no pocas ocasiones, las autoridades formales no toman las decisiones políticas sino que se limitan a participar en las ceremonias y rituales (es el caso de la monarquía británica y el de los presidentes de la ex Unión Soviética). Allí donde el control y la autoridad están en las mismas manos (poder efectivo y poder formal), el debilitamiento de uno conlleva al del otro (Laswell y Kaplan, 1963).

La atribución de autoridad siempre tiene un contenido "subjetivo", porque involucra no solamente a las personas que mandan sino también a las que obedecen. La relación de autoridad implica la aceptación de la misma; su mantenimiento y continuidad dependen, en gran medida, del prestigio de las personas que ocupan los distintos cargos (LasweIl y Kaplan).

Así, la autoridad legítima presupone un conjunto de reglas compartidas que prescriben la obediencia dentro de ciertos límites. Para ser legítimas estas normas deben ser comunes a un amplio número de personas y no limitarse a regir únicamente las relaciones que estrictamente se establecen entre los que mandan y los que obedecen (Wrong,).

En este sentido, Winch afirma que "hay una conexión conceptual íntima entro la noción de autoridad, por una parte, y la noción de que hay una forma correcta y otra incorrecta de hacer las cosas, por la otra. El que se somete a la autoridad -a diferencia del que se somete al mero poder coactivo- no está sujeto a una voluntad ajena. La aceptación de la autoridad es conceptualmente inseparable de la participación en las actividades gobernadas por reglas en función de las cuales la libertad adquiere sentido: ... sólo en el contexto de las actividades gobernadas por reglas tiene sentido hablar de la libertad de elección; librarse de todas la reglas no sería obtener la libertad perfecta, sino crear una situación donde la noción de la libertad ya no podría encontrar asidero..." Por lo tanto resulta contradictoria la afirmación de que para asegurarse la libertad de elección, es necesario renunciar a la autoridad (Winch,). Como también lo afirma Herbert Marcuse basándose en los planteamientos de los clásicos de la filosofía política, las nociones de autoridad y de libertad están unidas en la misma concepción y en la persona del sujeto (Marcuse,). Al respecto, preocupado por la vinculación entre libertad, autoridad y democracia, Giovanni Sartori afirma que:

... la libertad verdadera acepta la autoridad de la misma forma que la autoridad verdadera reconoce la libertad. La libertad que no reconoce la autoridad es una libertad arbitraria licencia no libertas. Viceversa, la autoridad que no reconoce la libertad es autoritarismo... la democracia necesita la autoridad y no es, sin embargo autoritaria. Cuando examinamos el autoritarismo desde la óptica de la libertad, se deduce claramente que el autoritarismo niega la autoridad (puesto que la autoridad define la libertad). Como acertadamente apunta Friedrich, "en una sociedad totalitaria, la verdadera autoridad se destruye del todo..." Del mismo modo puede decirse que cuanto más autoritario es un régimen, menos descansa en la autoridad (Sartori, 1989).

Así, en la medida en que la autoridad implica que la obediencia a los ordenamientos no sea impuesta sino que tenga sustento legítimo se puede afirmar que la crisis de la democracia es una crisis de autoridad. Lejos de repugnar a la democracia, puede decirse que la autoridad es la fórmula de poder por excelencia. La idea que realza la democracia no es la conquista de poder, sino por el contrario, su minimización y por lo tanto, la sustitución de los "poseedores de poder" por los "poseedores de autoridad" (Sartori). De ahí que, para Sartori la mejor forma de conceptualizar el autoritarismo es como un sistema político en el cual, a diferencia de la autoridad democrática, apenas hay sitio, si es que lo hay, para la libertad.

Una vez hechas estas reflexiones sobre poder, autoritarismo y democracia abordaremos la diferenciación entre liderazgo y autoridad.

Liderazgo y Autoridad

Como hemos señalado, lejos de responder a cualidades innatas, la autoridad surge en el proceso de organización social y tiene sus fundamentos en factores institucionales. Como contrapartida, el término de liderazgo comúnmente se ha utilizado para referirse a los atributos personales en virtud de los cuales se ejerce el poder o la influencia.

Con base en esta diferenciación y ante la importancia de los movimientos sociales contemporáneos, es común que el concepto de liderazgo se vincule a "dirigentes", "guías" o "personalidades influyentes" que actúan en movilizaciones colectivas que buscan transformación social (profeta, héroe carismático, demagogo) mientras que, como lo hemos sentado, el concepto de autoridad se utiliza más con referencia al ámbito propiamente institucional (administrador, burócrata, jurista, etc.).

Es común que el concepto de líder se vincule con el de "héroe", en la medida en que se trata de un individuo cuyas acciones tienen tal impacto social que "hace que sucedan cosas que de otra forma no hubieran sucedido". Desde esta perspectiva, hay un gran entrelazamiento entre las teorías de la revolución y las teorías de liderazgo en tanto que ambas presuponen una teoría del cambio social (MacFarland, 1969; Weber, 1974 y 1982).

Los estudiosos que comparten lo que se podría considerar el "paradigma carismático" que Weber introduce como modelo de líder (Weber, 1974), consideran en términos generales que los grandes líderes tienden a aparecer en las épocas de mayor conflicto político y causan un impacto excepcional sobre los eventos sociales (MacFarland, 1969). Ante una crisis de valores (Smelser) aparece un héroe carismático (Weber, Hook), cuyas características psicológicas, aunadas a sus acciones públicas lo llevan a tomar decisiones críticas que a su vez serán el sustento de una nueva identidad social, de nuevas estructuras permeadas por nuevas ideologías (MacFarland). En este sentido, como señala Weber "el carisma es la gran fuerza revolucionaria en las épocas vinculadas a la tradición" (Weber, 1974).

Los orígenes del liderazgo se han situado comúnmente en el marco de las pequeñas comunidades y de las sectas religiosas. El proselitismo que aparece en la génesis de los movimientos religiosos se inspira frecuentemente en figuras proféticas como la de Moisés, Mahoma, Jesús o Calvino. "La personalidad única e irresistible que moviliza y arrastra a las masas hacia nuevas metas y nuevos caminos de salvación religiosa se convierte en prototipo de liderazgo" (Seligman, 1975). Al respecto MacFarland analiza cómo en el Viejo Testamento se encuentra el prototipo del paradigma carismático. En las relaciones de los judíos con Moisés aparecen los tres elementos de los procesos psicológicos y sociológicos de liderazgo: el líder, los seguidores y la situación de grupo (MacFarland, 1969).

En términos generales se ha considerado como requisito para el liderazgo la posesión de ciertas cualidades que son intransferibles, como la habilidad, la destreza y el prestigio personal. Consecuentemente, los mayores peligros para el líder no están en el rango y el puesto que ocupa sino en sus rivales potenciales que pueden tener cualidades afines- (Laswell y Kaplan).

En la ciencia política, gran parte de la bibliografía sobre liderazgo deriva de Aristóteles y Maquiavelo y está dominada por la imagen de las masas no pensantes y de un líder dotado de poder y voluntad (Bell, 1950; Tannenbaum). Maquiavelo hace énfasis en la virtud del líder que incluye tales características como el coraje, la convicción, el orgullo (prestigio) y la fuerza. Por su parte Robert Michels destaca entre las características de los líderes la “Fuerza de voluntad", el empeño y la capacidad de oratoria (Michels; Laswell y Kaplan).

A diferencia de la autoridad que demanda o exige que se cumplan sus disposiciones con base en el fundamento legítimo y en el orden jerárquico, el líder sólo puede pedir o "esperar" que lo sigan y a su vez esto depende de sus cualidades personales y de la situación misma -lo que nos hace pensar en la clásica diferencia entre la virtud y la fortuna en el pensamiento de Maquiavelo (Peters,). Mientras la relación de autoridad es de subordinación jerárquica, la de liderazgo es de sumisión personalizada (Bierstedt, 1964). Aquellos que ejercen la autoridad -especialmente en una gran asociación- muchas veces no tienen conciencia de la identidad de sus seguidores, quienes pueden perder de vista quién está en la cúspide. Por ejemplo, un ejército obedece al oficial de más alto rango sin siquiera conocerlo (Bierstedt).

Sin embargo, la noción de liderazgo ha sufrido cambios importantes en su relación con la autoridad. Las nuevas corrientes intelectuales de los siglos XIX y XX y la influencia del positivismo en ciencias sociales modificaron drásticamente el significado de liderazgo político. Ante las nuevas perspectivas de la psicología, el "héroe" tradicional desaparece y el "liderazgo" ya no se explica tanto en función de una serie de rasgos y atributos fijos sino que se concibe como resultado de la interacción social, del lugar de la actividad humana dentro de una determinada estructura, del "papel" que juegan algunos individuos y de las esperanzas mutuas de líderes y seguidores (MacFarland, 1969; Seligman, 1975). Se plantea entonces el problema de cómo trasladar los estudios sobre liderazgo en pequeñas comunidades al análisis del mismo en las grandes asociaciones políticas, donde "la prensa constituye un elemento fuerte para la conquista, la preservación y la consolidación del poder por parte de los líderes" (Michels,).

La preocupación por el análisis del liderazgo se extiende a las situaciones de estabilidad social que, como tales, no son esencialmente conflictivas y en donde los políticos están limitados por la propia rutina y por las directrices gubernamentales. Sin embargo, como apunta MacFarland, las acciones de los líderes siguen siendo importantes para estudiar las posibilidades del cambio social. En las sociedades plurales, el liderazgo se ejerce en el marco de "conflictos multilaterales y limitados" dentro de un sistema de estratificación social que ya no corresponde al modelo dualista, un tanto simplista, de la élite y la masa. En este contexto, las acciones de los líderes son interdependientes con las de una multiplicidad de individuos, lo que da lugar a un nuevo tipo de liderazgo "pluralista" y de carácter "ejecutivo" (MacFarland, 1969). A diferencia de lo que ocurre en los pequeños grupos, en el marco institucional ampliado el dirigente tiene que mantener el equilibrio mediante fórmulas de compromiso con sus seguidores más cercanos, con los integrantes de otros partidos y asociaciones políticas, y con los diversos grupos de funcionarios y el público en general.

En el Estado moderno, el líder y sus partidarios ya no se influyen recíprocamente de forma directa sino que se relacionan indirectamente a través de una serie de personas que desempeñan diferentes cargos en el sistema político. Así entendido el liderazgo ejecutivo moderno se concibe como un proceso organizativo en el cual, aunque el líder pueda seguir siendo un individuo, en realidad su liderazgo es el producto colectivo de una actividad organizativa que se distingue genéricamente de las relaciones entre gobernantes y gobernados en las asociaciones de pequeña escala.

El líder ejecutivo tiene así un carácter "colectivo" por el cual -a semejanza de lo que ha ocurrido tradicionalmente cuando se habla de autoridad- el propio cargo no depende exclusivamente de quien lo ocupa. El legado histórico y las expectativas, en cierta medida permiten predecir la conducta del ejecutivo, y la institucionalidad garantiza la continuidad de forma que, en caso de muerte repentina, el cargo funciona en ausencia del titular (Seligman, 1975).

Autoridad

El término "autoridad" tiene origen romano y era comúnmente concebido como parte de una trilogía que incluía la religión y la tradición. El vocablo autoridad --autoritas-, proviene del verbo augure que significa aumentar (Arendt 1968). En este primer significado, se considera "que los que están en posición de la autoridad hacen cumplir, confirman o sancionan una línea de acción o de pensamiento" (Sartori, 1989).

En el sentido moderno del término, la autoridad se ha definido de varias formas: como atributo de una persona, cargo u oficio que otorga un derecho a dar órdenes; como una relación entre los cargos de superior y subordinado; como una cualidad que hace que una orden se cumpla, y como base de un comportamiento (Peabody, 1975).

Además de la variedad de definiciones, el concepto de autoridad también se puede abordar desde varios niveles. En la amplitud del ámbito sociológico existen varias relaciones que pueden ser consideradas de autoridad: dentro de una organización administrativa, dentro del gobierno o corno autoridad académica (en este último sentido es sinónimo de "preparación" o "competencia").

En el campo estrictamente político, la cuestión de la autoridad ha sido abordada en dos dimensiones: en el terreno abstracto de la filosofía política (Platón, Aristóteles, MacKiver y otros), donde frecuentemente el tratamiento de la autoridad se ha vinculado con la cuestión de la libertad y la soberanía, y en el nivel más concreto de la ciencia política de los siglos XIX y XX, que se ha preocupado por el problema de la distribución y de las diversas modalidades del que adquiere el ejercicio de la autoridad (por ejemplo, tipos de autoridad en Weber).

Tanto en la sociología como en la ciencia política, el tratamiento de la autoridad frecuentemente se vincula con otros conceptos, como los de poder, influencia y liderazgo (Peabody: 1975; otros autores también consideran el concepto de competencia, como Biersted, 1964,).
Infografías

http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras34/textos2/sec_2.html

http://www.monografias.com/trabajos5/relhuman/relhuman.shtml


Bibliografía


Arendt, Hannah, 1973, The Origins of Totalitarianism, Harcout Book, New York, 1976, Between Past and Future, The Viking Press, New York, sixth edition.

Bell, Daniel, 1950, "Notes on Authoritarian and Democratic Leadership: Leadership and Democratic Action", en Alvin W. Gouldner (edit.), Studies in Leadership: Leadership and Democratic Action, New York, Harper.

Bobbio, Norberto y Bovero Michelangelo,1984, Orígenes y fundamento del poder político, Enlace-Grijalbo, México.

Beetham, David, 1967, Bureaucracy, The University of Minnesota Press, Minneapolis.

Bierstedt, Robert 1964, "The problem of Authority", Berger and Abel ed. Freedom and Control in Modem Society, Octagon Books Inc., New York, 1964.

Easton, David, 1958, "The Perception of Authority and Political Change", en Carl J. Friedrich ed., Authority, Harvard University Press, Cambridge Mass.

Eisenstadt, Samuel, 1973, "El carisma, la creación de instituciones y la transformación social" en Revista de Estudios Políticos, núm 187, p. 65-112.

Gerth, Hans y Ch. Wrigth Milis, 1972, "Introducción", en Max Weber, Ensayos de Sociología Contemporánea, Martínez Roca, Madrid.

Lasswell, Harold D. y Abraham Kaplan, 1963, Power and Society, Yale University Press, New Haven and London.

Lipset, Robert, 1979, "Introducción" en R. Michels Los Partidos Políticos, Amorrortu, Buenos Aires.

MacFarland, 1969, Power and Lidership in Pluralistis Society, Standford University Press.

Marcuse, Herbert, 1973, "A Study on Authority", en Studies on Critical Philosophy, Boston.

Michels, Robert, 1979, Los partidos políticos, Amorrortu, Buenos Aires.

Mills, W., Carácter y estructura social, Brev. F.C.E., México.

Mommsern, Wolgang, 1981, Max Weber: Sociedad, Política e Historia, Ed. Alfa, Buenos Aires.

Peabody, Robert L. 1975, "Autoridad", en Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Aguilar.

Peters, R.B. "La autoridad" 1977, en Filosofía Política, Brev. F.C.E., México.

Sartori, Giovani, 1989, Teoría de la Democracia, Alianza Universidad, México.

Seligaman, Lester G. 1975, "Liderazgo, aspectos políticos" en Enciclopedia Intemacional de las Ciencias Sociales, Aguilar.

Shumpeter, Joseph A. 1968, Capitalismo, Socialismo y Democracia, Aguilar, Madrid.

Tannenbaum, Arnold S., 1975, "Liderazgo, aspectos políticos", en Enciclopedia Intemacional de las Ciencias Sociales, Aguilar.

Weber, May, The Religion of India, 1962, The Free Press of Glencoe, USA; The Religion of China, 1966, Macmillan; Canadá; 1974, Economía y Sociedad, F.C.E., México; Escritos Políticos, 1982, Folios Ed., México.

Winch, Peter, 1987, "La autoridad" en Filosofía Política, Brev. F.C.E., México.

Wrong, Dennish, 1980, Power its Forms, Bases and Uses, Harper Colophon Books.

lunes, 23 de junio de 2008

El Liderazgo

IUTAR
Administración de Empresas
Asignatura: Técnica Supervisión Industrial
Realizado Por: Biangy Méndez
EL LIDERAZGO
“El Líder Nace o se Hace”



Antes de describir lo que usted me solicita, me pareció conveniente realizar un estudio completo sobre este tema tan extenso como lo es “El Liderazgo”, en el presente informe doy a conocer un poco del tema desarrollado, dando a conocer desde varios puntos de vistas a través de varios autores y mi propia opinión personal…

1- Definición Personal de Liderazgo:

El liderazgo es una cualidad para quien la posee, y la influencia ejercida sobre una persona o más comúnmente un grupo de personas, la cual conlleva una meta en particular.

Aristóteles aportó que “desde la hora de su nacimiento, algunos hombres están señalados para obedecer y otros para mandar”.

Sin embargo se habla de liderazgo en este sentido que señalo, como cualidades de una persona para dirigir, mandar o hasta llegar a seducir e inducir a una o varias personas a un fin determinado, pero mas allá, en el medio laboral moderno, se toma el liderazgo como un medio o estrategia de dirección eficaz, ya que no sólo se necesita tener la autoridad que ofrece un cargo, sino desempeñar este con mucha habilidad y destreza.


2- ¿El líder nace o se hace? Análisis de la posición de al menos tres (3) autores.

Artículo: liderazgo en el ámbito laboral
Autor: Psicóloga Raquel Buanego

Según esta sicóloga el líder nace con capacidades, pero que debe utilizar lineamientos para ejercer sus funciones, a manera de lograr un liderazgo eficaz. Cita que el autentico líder deber reunir como mínimo ciertas cualidades personales, como son el carisma, que define como un don, una gracia, una especie de atracción, producto de la integración de unos rasgos físicos atrayentes y de una personalidad singular, opinando que hace de quien lo posee un individuo capaz de derribar la resistencia de sus seguidores, capacidad de persuasión, que asocia con la habilidad para convencer al grupo de la necesidad de emprender un cambio, algunas creencias, pensamientos o conductas, ambición de poder, lo que cataloga como capacidad que motiva al líder, haciendo que día a día trabaje en su superación personal y en la auto confianza refiriéndose a la confianza que la persona debe tener en sus propias capacidades; comunicación, resolución de conflictos, responsabilidad.


Artículo: ¿Quién es el líder de tu vida?
María Eugenia Hassan

Según esta autora todas las personas tienen la capacidad de liderazgo, pero no todas la desarrollan. En otras palabras el líder se hace de hecho opina que “ser líder es anónimo de llegar a ser uno mismo”.


Artículo:¿El líder nace o se hace?
Edgardo Visñuk

Opina que las aptitudes innatas potencias las competencias de un líder, pero que el liderazgo es algo que definitivamente se desarrolla.


Posición Personal:

Opino que el líder nace, pero que como opina la psicóloga Raquel Buanego, este debe desarrollarse, utilizar herramientas. Las actitudes de un líder por lo general se observa desde niños. Podemos observar en un grupo de niños, que hay quienes dirigen, y quien sólo le siguen e imitan.

Mi parecer no exime que existen personas que son líderes, por la posición o cargo que ocupan, pero que en realidad no poseen ni aptitudes ni capacidad y que son seguidores solo por obligación. Un auténtico líder, aparte de tener herramientas o conocimiento tiene aptitudes que lo hacen merecedor de este titulo.

A nivel organizacional un líder debe día a día capacitarse, estar la vanguardia de la tecnología, de las técnicas y métodos utilizados, y estar al tanto de todo lo que le concierne. A título personal digo que cuando un subordinado consecutivamente tiene más conocimiento y capacidad de resolver situaciones de conflicto que el líder, este va perdiendo credibilidad, respeto y admiración. Por lo que debe desarrollarse, mientras que también motiva a su grupo de trabajo a mejorar cada día.

3- Tipos de Liderazgo:

Autor: Lewin

Estudio de poder basado en el uso de autoridad:

· Líder autocrático: Ordena y espera obediencia, es dogmático y positivo y dirige mediante la capacidad de retener o conceder recompensas o castigos.

· Líder participativo o democrático: Es el que consulta a los subordinados sobre las acciones y decisiones propuestas y fomenta la participación.

· Líder liberal o de rienda suelta (laissez faire): Hacer y dejar hacer. Otorga a sus subordinados independencia operativa, los líderes dependen de sus subordinados para establecer sus objetivos.


Autor: Sebashtian Walter Stachú

Estilos de liderazgo

Es el patrón total de acciones del líder, según es percibido por sus empleados. Representa sus principios, sus técnicas y actitudes.

Autocrático.- Estilo de dirección que caracteriza al líder que toma las decisiones personalmente a este tipo de líder no le importa el grupo de trabajo para la toma de decisiones. Solo ejerce poder y no autoridad. Poder: Es la persona que tiene la facultad para hacer posible que suceda una cosa. Autoridad: Es lo que se gana con paso del tiempo, no se impone y viene de afuera hacia a adentro.

Participativo.- Se caracteriza porque las decisiones son tomadas conjuntamente por jefes y subordinados, existe una democracia. El líder participa junto con sus empleados y esto hace que se logre un grupo con alta coerción.

Políticas Laxas.- Se caracteriza porque el líder no influye en la toma de decisiones de sus empleados ya que les otorga todo el poder, tampoco proporciona retroalimentación acerca del trabajo. El jefe no ayuda excepto a demanda expresa de los subordinados y tampoco proporciona retroalimentación acerca del trabajo realizado por sus subordinados.


Autor: Emma Rodríguez

Tipos de Liderazgo

Destaca que aunque se han usado muchos términos para definir los estilos de liderazgo, tal vez el más importante ha sido la descripción de los tres estilos básicos.

Autócrata: Asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al subalterno. La decisión se centraliza en el líder.

Participativo: Utiliza la consulta para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus subalternos pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben.

Liberal: Delega en sus subalternos la autoridad para tomar decisiones. Espera que los subalternos asuman la responsabilidad por su propia motivación, guía y control.

Posición personal:

Considero que se podría clasificar en tres, los tipos de liderazgo, tal como lo describen algunos autores como Sebashtian Walter, Lewin, Leon Cohen Bello, entre otros, donde ubicamos un liderazgo caracterizado por la no participación, donde el líder toma las decisiones sin consultar, basándose en sus propias determinaciones, que sería un estilo Autócrata; el Liderazgo Liberal, donde se da total libertad para tomar decisiones, y donde el líder no participa a menos que se le requiera, y un Liderazgo Demócrata, en el cual el líder escucha y toma en cuenta a sus subordinados o seguidores, suministrando guía, realizando un trabajo en equipo, con equidad.

Tipo de Liderazgo en el proceso del cual soy co-dueño:

En donde trabajo, existe un Liderazgo Demócrata o Participativo, donde es tomada en cuenta la opinión de todos, tengo a cargo 6 personas, las cuales trabajamos en equipo, cuidándonos todos, ayudándonos, lo que permite que mi trabajo sea más eficaz, ya que por escucharles, tomo en consideración lo que otros ven y yo no, al mismo tiempo que los demás perciben la importancia que tienen y así se sienten más comprometidos con la labor que desempeñan.

Un líder eficaz, debe ser demócrata, manteniendo siempre la autoridad, indiferentemente de sus maneras, un liderazgo carente de autoridad, se pierde en el tiempo. Mi manera de trabajar y llevar al grupo del cual estoy a cargo, es muy jovial, nos tenemos confianza, existe compañerismo, y un trato de mucho respeto, pero delimito, para no permitir abusos, y a pesar de que trato siempre de ser comprensiva y amable, al momento de llamar la atención o pedir explicaciones hago, lo que tengo que hacer, por lo que quienes trabajan conmigo saben perfectamente hasta dónde se puede llegar; y así mismo en dirección contraria, a mi superior que es la gerente y el dueño, me sujeto a su autoridad, aunque le hable claro y le haga ver errores. Creo que si yo no tengo respeto por mi superior, no tengo moral para exigir respeto.

4- ¿Cómo mejorar el Liderazgo en el proceso del cual soy co-dueño?:

Considero que el tipo de Liderazgo empleado, es el más indicado, quienes laboramos en este centro, somos personas comprometidas con nuestro trabajo, que nos colaboramos en conjunto, algo que podría favorecer sería inducciones o talleres sobre relaciones humanas, para recordarnos que aunque queramos ser cada día más eficientes, debemos ser tolerantes con los defectos y fallas de los demás, no criticando, sino ayudando y motivándonos unos a otros. Algo que en lo particular me ha hecho crecer como profesional, ha sido la honestidad, base fundamental para generar la confianza, y el querer ayudar a los empleados, para así ayudar a la empresa, ya que un empleado que se siente menospreciado o sin motivación, es un empleado que no adquiere compromiso con la empresa y pierde el interés por esta. A la larga tiende a exigirse menos de sí mismo, y realiza sus actividades sólo por obligación, y por la necesidad de su remuneración. Mientras que he observado que mientras más confianza se entrega, el grupo de trabajo más se siente identificado con el o los líderes. Es satisfactorio cuando se escuchan frases como, “no importa, no me pesa lo hago por ti”.


Infografía

1- Psicosociología Industrial correspondiente al estudio e investigación sobre liderazgo realizado en una empresa

El trabajo tiene como tema central identificar los tipos de liderazgo que existen dentro de la empresa "MALAPAGA". Destacando los tipos de Liderazgo existentes.

http://www.monografias.com/trabajos17/psicologia-aplicada/psicologia-aplicada.shtml


2- Administración Y Liderazgo

Artículo donde se expone el inicio del Liderazgo, su naturaleza, los estilos existentes.

http://html.rincondelvago.com/administracion-y-tipos-de-liderazgo.html


3- El liderazgo y sus estilos. Ensayo

Trabajo sobre liderazgo, donde se destaca las características de un líder, diferencias entre lo que es un jefe y líder, estilos de liderazgo.

http://www.monografias.com/trabajos17/estilos-liderazgo/estilos-liderazgo.shtml


4- ¿El líder nace o se hace?

Artículo sobre recursos humanos, donde el autor destaca que aunque no se puede dejar de reconocer las aptitudes innatas, el liderazgo es algo que se desarrolla.


http://www.bumeran.com.ar/articulos_empresas/6/76190/ellidernaceosehace.html


5- ¿Quién es el líder de tu vida?

Artículo sobre liderazgo, donde se ofrecen sugerencias prácticas y se plantea las características que debe tener un líder.

www.gayguatemala.com/conductas/conductas08.htp



6- Liderazgo en el ámbito laboral

La autora plantea consideraciones al respecto del líder, si este nace o se hace, opinando que el líder no sólo nace, sino que debe utilizar herramientas para ejercer sus funciones que es lo que realmente le puede capacitar para ejercer un liderazgo eficaz

http://www.revistafusion.com/2001/noviembre/psico98.htm